Hoy, la comunidad de padres y familiares de niños con Espectro Autista u otra condición neurológica, Mamitas Azules, se manifestó en la Cinta Costera con pancartas y más para darle visibilidad a ciertas situaciones que aquejan a los pequeños y en repudio a toda situación en la que se vulneren los derechos de los menores de edad, ya sea en el sector público-privado en las áreas de salud, educación, social, entre otros.
En un comunicado resaltaron el incidente que se dio con una fonoaudióloga de la Caja de Seguro Social que mostró una actitud aparentemente poco profesional hacia una menor de edad que acudía a su consultorio para una terapia de Lenguaje.
Agradecieron a la Caja de Seguro Social y al Ministerio Público por acoger la denuncia de la mamá afectada: “estaremos dando seguimiento de cerca a este caso a fin de que se hagan las debidas investigaciones y se tomen los correctivos pertinentes”, se lee en el comunicado.
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Fuera de esta situación, que se encuentra en proceso de investigación, aseguran que como padres han pasado por lamentables sucesos en donde ven una clara falta de capacitación del personal médico para trabajar con niños neurodiversos. “Hay necesidades las cuales deben ser atendidas lo más pronto posible no solamente en el sector público, sino también en el sector privado”.
Hacen un llamado también a las autoridades del Ministerio de Educación, para que sean agentes vigilantes y velen porque no se niegue la educación a ningún niño (a), cual sea su condición, tal cual se expresa en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.
Como padres, en múltiples momentos han sido testigos de cómo algunas escuelas públicas y privadas, les niegan la educación a sus hijos, citando frases como “no aceptamos a niños con discapacidad”, o “no tenemos personal capacitado para atenderlos”.
A su vez, se han presentado sucesos en donde las maestras no están dispuestas a hacer las debidas adecuaciones a los menores, o en el peor de los casos, los niños quedan aislados del resto de la clase.
Apelan al rol del regente de la educación panameña y exigen al MEDUCA, que se hagan las debidas investigaciones sobre si realmente Panamá es un país insignia en materia de inclusión educativa. Requerimos que se cumpla con el deber y sobre todo derecho de educar los niños y si es posible contar con más especialistas que sirvan de apoyo para la gestión dentro de los salones de clases.
La Secretaría Nacional de Discapacidad (SENADIS) realizó una prueba piloto para validar en campo el instrumento a utilizar en la Segunda Encuesta Nacional de Discapacidad; ante esto muestran su completo apoyo, tomando en consideración que hay un aumento de casos de niños con Trastorno de Espectro Autista, por lo que es fundamental conocer la cantidad de casos y las condiciones en las que viven cada una de las personas que presentan dicha condición.
Con la data adecuada, sobre las personas que tienen este espectro u otra discapacidad física, mental o intelectual, se abre un compás para un proceso de toma de decisiones que esperan se refleje en mejores y más espacios para la atención con personas con capacidad limitada.
Exigen la pronta apertura del Instituto Especializado de Neuro Desarrollo Integral (IENDI), que fue inaugurado desde el año 2019 y todavía no está en funcionamiento. El IENDI representa un gran alivio para muchos padres que gastan cantidades excesivas de dinero para terapias.
De igual manera solicitan habilitar sitios en donde se brinden terapias que en el sector público no hay, como lo es Integración Sensorial, el costo de esta en el sector privado es sumamente elevado. El campo de Estimulación Temprana es amplio, pero no todas las terapias que lo enmarcan están al servicio del público en general.
Se hace necesario tener más lugares de atención de terapias a nivel nacional y al acceso de todos.
Para finalizar, aseguran que son conscientes de que el manejo de algunos niños es complejo; pero eso no los exime de recibir atención adecuada, oportuna y de calidad. Más allá de su rol de padres, están dispuestos a trabajar mancomunadamente y apoyar al sistema educativo y al sistema de salud, en la capacitación y concienciación de las necesidades de las personas neurodiversas. “Como acudientes de niños, niñas y adolescentes y adultos, que no pueden alzar su voz, ya que muchos son no verbales o tienen comunicación limitada, estaremos vigilantes de que no se les vulneren sus derechos fundamentales”.